¿Agresividad social o guerra? durante el Neo-eneolítico en la cuenca media del Valle del Ebro, a propósito de San Juan Ante Portam Latinam (Rioja Alavesa). (Comunicación al Congreso de Antropología, II Congreso Mundial Vasco) / F. Etxeberria, J.I. Vegas.
By: Etxeberria, Francisco.
Contributor(s): Vegas, J.I.
Material type: Continuing resourceSeries: 6. Munibe. Suplemento.Analytics: Show analyticsPublisher: Donostia : Aranzadi Zientzia Elkartea, 1988Description: Páginas 105-112.Content type: Texto (visual) Media type: electrónico ISSN: 1698-3807.Subject(s): Agresión | Eneolítico | Fracturas | Herida | Neolítico | Patología | Restos humanos | ViolenciaOnline resources: Click here to access online Summary: Si bien todos podemos estar de acuerdo en que la agresividad va ligada al carácter del ser humano desde los tiempos más remotos, queda claro que existen largos períodos de la Prehistoria en los que no tenemos constancia de que se produjeran fenómenos de violencia entre los seres humanos. Aunque los primeros indicios de acciones de agresión comiencen en el Neolítico, el comportamiento beligerante no parece generalizarse hasta el Eneolítico. Los conflictos guerreros, en cualquier caso, serían escasos y sólo se explican por el aumento de la densidad demográfica que engendra competencia territorial. La expansión demográfica está relacionada con el paso de la depredación a la producción, lo que conlleva una transformación económica que supuso la modificación profunda de las estructuras sociales y culturales. No cabe duda de que a partir del Neo-eneolítico, se observa un aumento importante de vestigios humanos en el territorio comprendido al Sur de la Sierra de Cantabria y el Norte del Río Ebro. Por ello, el hallazgo en San Juan Ante Portam Latinam (Laguardia, Alava) de una punta de flecha de sílex impactada profundamente en un hueso coxal humano, que permanecía como un cuerpo extraño alojado en el individuo, más tres fracturas de las diáfisis de sendos cúbitos producidos por traumatismo directo, nos sugiere la posibilidad de que este grupo humano se viese envuelto en un conflicto de guerra como fenómeno demográfico ligado esencialmente a los movimientos de los grupos humanos en esas épocas.Item type | Current location | Call number | Vol info | URL | Status | Date due |
---|---|---|---|---|---|---|
Munibe | Munibe | Páginas 105-112 | http://www.aranzadi.eus/fileadmin/docs/Munibe/1988105112.pdf | Not for loan |
Si bien todos podemos estar de acuerdo en que la agresividad va ligada al carácter del ser humano desde los tiempos más remotos, queda claro que existen largos períodos de la Prehistoria en los que no tenemos constancia de que se produjeran fenómenos de violencia entre los seres humanos. Aunque los primeros indicios de acciones de agresión comiencen en el Neolítico, el comportamiento beligerante no parece generalizarse hasta el Eneolítico. Los conflictos guerreros, en cualquier caso, serían escasos y sólo se explican por el aumento de la densidad demográfica que engendra competencia territorial. La expansión demográfica está relacionada con el paso de la depredación a la producción, lo que conlleva una transformación económica que supuso la modificación profunda de las estructuras sociales y culturales. No cabe duda de que a partir del Neo-eneolítico, se observa un aumento importante de vestigios humanos en el territorio comprendido al Sur de la Sierra de Cantabria y el Norte del Río Ebro. Por ello, el hallazgo en San Juan Ante Portam Latinam (Laguardia, Alava) de una punta de flecha de sílex impactada profundamente en un hueso coxal humano, que permanecía como un cuerpo extraño alojado en el individuo, más tres fracturas de las diáfisis de sendos cúbitos producidos por traumatismo directo, nos sugiere la posibilidad de que este grupo humano se viese envuelto en un conflicto de guerra como fenómeno demográfico ligado esencialmente a los movimientos de los grupos humanos en esas épocas.
There are no comments for this item.